¡La hermosa y famosa Baja, tiene tantas sorpresas!
No deja de sorprenderme sus paisajes lunares, sus hermosos colores y combinaciones de desierto y océano.

Colinas coloreadas por los minerales que componen sus arenas, cactus como testigos silenciosos de la magia de estas tierras, llenas de anécdotas.

Un buen ejemplo es la historia de la Playa Coromuel donde un famoso y temido pirata escondió su tesoro según cuenta la leyenda, los lugareños asociaban la aparición de este personaje con el fuerte viento que sopla usualmente del sur en los meses de primavera y verano llamado Coromuel, distorsión del nombre del temido pirata Ingles Cromwell, que aparecía por la bahía de La Paz y bajaba a las playas a esconder sus tesoros.

A estas tierras a donde Europeos, llegaron a trabajar, como en Santa Rosalía en la mina de cobre de la minera El Boleo, de la cual aún existe un museo dedicado a esos aventureros. En esta ciudad aun se aprecian las casas elevadas construidas en madera a la usanza de la época, así como la iglesia de Santa Bárbara, la cual llegó en barco en 1896 con placas de acero y tornillería diseñada por el propio Ing, Gustave Eiffel, traída desde Bélgica.

La historia de mi abuelo Antonin Cornillon, joven medico en servicio durante la 1er guerra mundial, al terminar la guerra revisando un periódico de la época, encontró una oferta de empleo de una compañía minera francesa, la cual solicitaba un medico para trabajar en una mina de cobre “El Boleo”, joven aventurero, cruzo el océano atlántico, llego a Veracruz, puedo imaginar en que condiciones cruzo el país, para llegar a Topolobampo y cruzar el Mar de Cortes llegando a Santa Rosalía, sede de la famosa mina.

Trabajó como médico en ese lugar varios años, se enamoró tanto de este país, a tal grado que viajó a la Ciudad de México, obtuvo trabajo en el Hospital Francés, quedando años más tarde como Médico Cirujano y Director General del hospital.

Mi abuelo era un gran jinete, adoraba a los caballos, recibió la Legión de Honor por parte del gobierno Francés, y era el médico que llamaban para atender a los altos dignatarios que llegaban a México.

En este hospital, en donde nací; existía una rotonda frente a la capilla, donde lucía el busto de mi abuelo, homenaje al Dr. Antonin Cornillon, quién se caso con Josefine Signoret, padres de mi madre Micheline Cornillon Signoret.

Hoy me invade un profundo respeto y admiración por ese legado, al recorrer sus caminos remotos de una belleza e impactantes contrastes, los cuales son más impactantes aún desde el mar, por su belleza, generosa y abundante fauna, sin duda un tesoro para apreciarse y descubrirse. Probablemente corre por mis venas ese amor a esta nuestra querida Baja California.

Bruno Bourlon

+52.55.1766.5789
bruno@theagencyloscabos.com

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